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miércoles, 19 de marzo de 2014

JRJ 2014, PyY



Platero y yo podría definirse como un poema en prosa, ya que contiene un ritmo y una candencia
que así lo atestiguan. Se trata de un libro traducido y publicado en varios idiomas. Es un texto que ha sido muy empleado en los colegios  para introducir a los niños en la lectura.  Ahora bien, por la temática, no parece un libro infantil, sino más bien, y en todo caso, para adolescentes o lectores adultos.

La obra, organizada en 138 breves capítulos, mantiene un breve esquema argumental, la amistad del poeta con el borriquillo de Moguer. No obstante, es mucho más que eso, porque, gracias a estos cuadros poéticos, el poeta refleja sus propias vivencias, su mundo íntimo, tan delicado y profundo, sus anhelos, sus pesares.
Juan Ramón llena de poesía cualquier elemento y nos ofrece un retablo poético lleno de ternura, melancolía y nostalgia.


No es un libro alegre Platero y yo, sino que es un texto reflexivo, sobrio, teñido de añoranza. Cabe añadir una particularidad conocida de todos y es que Juan Ramón no empleaba la letra “g” cuando se refiere al sonido “j”. Conviene explicárselo a los alumnos antes de iniciar la lectura.
Platero y yo, en suma, es un libro que contiene historias sencillas, historias cotidianas de Moguer. Juan Ramón, con una especial mirada, convierte los aspectos cotidianos en trascendentes. La metáfora y la poesía hacen de este texto un auténtico festín para la sensibilidad.

Sinopsis

Platero y yo narra, en forma de imágenes breves e impresionistas, las vivencias, emociones, miedos, anhelos y aspiraciones de Juan Ramón Jiménez. El autor escoge a un burro como confidente de sus paseos por el pueblo de Moguer, su pueblo natal. Poco a poco, ante el lector, se desgrana todo un universo de sabores, olores y esencias. Los juegos más populares, la vida cotidiana de las gentes, los niños y su algarabía, la vida y la muerte… son elementos que Juan Ramón Jiménez, con su delicada prosa poética, pone al alcance de los lectores. Vivencias atemporales que siguen interesando hoy porque hablan de sentimientos.

Juan Ramón Jiménez suele calificarse como un poeta difícil, pero de fina sensibilidad. Destinaba sus obras “a la inmensa minoría” y buscaba siempre la perfección. El poeta andaluz fue galardonado en 1954 con el Premio Nobel de Literatura.
Este andaluz universal tuvo una salud delicada, agravada por distintas crisis depresivas.
Sus inicios pueden calificarse de modernistas, aunque no con un Modernismo rutilante, sino con ese otro Modernismo más íntimo y sobrio, muy en la línea de Bécquer. Precisamente a esta primera etapa corresponde el libro que hoy estamos recomendando, Platero y yo, subtitulado “Elegía andaluza”.

En Platero y yo se recoge, con la mirada personal del poeta, un año. El tiempo cronológico no siempre coincide con el tiempo vivido. No es lo mismo un minuto de alegría que uno de dolor.
• Se localizarán los capítulos que se refieren a las estaciones: Primavera (XXV), Verano (LXV), Otoño (LXXXV) e Invierno (CXVIII) 

• En Platero y yo el paso del tiempo es un tema recurrente, como lo es la vejez y la muerte.


Temas y valores
La sensibilidad. La nostalgia. El paisaje. La amistad. La muerte. La memoria y el recuerdo. Las desigualdades sociales. La compañía. Los niños. El afecto. La belleza de lo efímero. Los animales. Las diferencias. La tristeza. El dolor.

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